martes, 21 de diciembre de 2010

Nuestro proyecto de adornos navideños

Cuando estaba embarazada, antes de saber el sexo de mi bebé, por algún motivo, pensé que iba a tener un varoncito. Cuando el ginecologo ya me pudo decir el sexo, el resultado fue que en realidad esperaba una niña. Hasta ese momento, yo, convencidísima de que mi futuro hijo sería un niño, inconscientemente, me imaginaba cómo sería la vida cuando llegara nuestro pequeño. Me imaginaba comprandolo todo de azul, pensé que igual saldría parecido a su daddy y ya me veía con el bebito en brazos. La noticia de tener una niña me pilló por sorpresa, y el mundo imaginario color azul que yo tenía en la cabeza cambió, de repente, a color rosa.

La verdad sea dicha, yo no tenía preferencia sobre el sexo de mi primogénito, pero cuando ya supe que iba a tener a Isi, no pude evitar imaginarme la vida, esta vez de manera consciente, con una niñita. En ese momento, me di cuenta de que con una niña, compartiría en el futuro una serie de actividades que con un hijo dudo que hubiera compartido, entre ellas: ir de compras!

Entonces, se me ocurrió una idea para que pudieramos compartir todos los años, mi hija y yo: cada año, al acercarse la época de Navidad, podríamos ir de compras en busca de un adorno navideño. Preferiblemente, un adorno navideño hecho a mano y cada año, comprado en una ciudad distina. Se trata de una idea que quiero convertir en tradición familiar. En los primeros años de a vida de mi hija, será emocionante elegir la ciudad a visitar y el adorno a comprar, y en un futuro, esta tradición será la excusa ideal para que las dos podamos pasar un fin de semana juntas.

Cada adorno comprado, lo fotografiamos y añadimos en un cuaderno con el año, el lugar de compra, alguna anecdota del momento y una foto nuestra.











Este año buscando por internet, me he encontrado con este listado de mercaditos navideños europeos y he considerado interesante añadir aquí para futura referencia:

Fuente: http://www.diariodelviajero.com/europa/los-mejores-mercados-de-navidad-de-europa

Los mercados de Navidad son una tradición muy arraigada en buena parte de la Europa central y nórdica. En ellos podemos encontrar decoración navideña, vino dulce caliente, artesanía local y todo tipo de tentempiés típicos. No sólo son lugares de atracción para los visitantes, sino también puntos de encuentro para los locales.



He encontrado un par de listas recopilando los mejores mercados de Navidad de Europa. En The Times recopilan el Top 20 de estos mercados, colocando el de Tallinn (en la foto) en primer lugar. Una opción más reducida es la de TravelIntelligence, que reproducimos a continuación, y reduce la lista a tan sólo diez, la mayoría de ellos en Alemania. Así que si te planteas viajar por Europa durante el próximo puente o las vacaciones navideñas, aquí tienes una propuesta.


Colonia


La ciudad alemana tiene cuatro mercados navideños, siendo el más famoso de ellos el de Am Dom, en la misma plaza en que se encuentra la imponente catedral gótica. Los puestos se sitúan en torno a un gran árbol de Navidad, y predomina la artesanía. No faltan los músicos callejeros ni, por supuesto, el glühwein (el mencionado vino caliente aromatizado).
En el corazón de la ciudad vieja se localiza el más coqueto Alter Market, con su toque anticuado y orientado hacia los más pequeños; con su teatro de marionetas, juguetes artesanos y demás. La ciudad que dio origen al “agua de colonia” tiene otros muchos atractivos, y se calcula que cada diciembre es visitada por más de dos millones de personas.

Viena


Aunque una visita a Viena siempre merece la pena (valga el pareado), en Navidad es muy especial. La ciudad está profusamente decorada (para mi gusto, incluso demasiado :)) y en la plaza del Ayuntamiento se celebra el Christkindlmarket, uno de los mercados de Navidad con más solera de Europa.



El mercado tiene más de siete siglos de antigüedad y se inicia ya a mediados de noviembre. Uno de sus detalles únicos es que se encuentra rodeado de un parque, cuyos árboles se decoran con luces temáticas de inspiración navideña.

Núremberg


Ni el más antiguo, ni el más grande, pero quizá uno de los más bellos. El mercado navideño de Núremberg se extiende por las calles adoquinadas que rodean a la iglesia de Frauenkirche. Aquí, el glühwein y las bratwurst son las protagonistas. Existe la tradición de que, tras inaugurar el mercado, un joven con un traje dorado y una corona vaya por la ciudad anunciando la ‘buena nueva’.

Dresden


Esta ciudad de la antigua Alemania oriental tiene un mercado con gran tradición (casi seis siglos), muy arraigado en su población. Recibe el nombre de Striezelmarket, un nombre en honor a unas tartas dulces de fruta denominadas striezel. El segundo domingo de diciembre se celebra un festival de tartas, en la que se elige el mejor ejemplar, conmemorando la época en que las tartas se presentaban al príncipe local.



Bruselas


Saliendo de los países germanoparlantes llegamos a la capital belga. Su mercado navideño tiene lugar en la incomparable Grand Place, y como no podía ser de otra manera, las delicias gastronómicas del pais (y especialmente el chocolate) tienen el protagonismo. Como característica más original, la presencia de casetas representando a los diferentes países europeos.


Múnich


La capital de Baviera también merece un lugar destacado en esta lista. Aunque hay varios mercados navideños en la ciudad, el más relevante es el de la Marienplatz, corazón de la ciudad. Junto a este mercado principal existe un mercado de belenes, donde se venden figuras artesanales del Nacimiento, igual que en la tradición española. Sin duda, una imagen muy diferente a la de la popular Oktoberfest.


Praga


Se trata de otra ciudad para la que no hacen falta excusas a la hora de visitarla, sin embargo, el mercado de Navidad es un aliciente más. A pesar de que los checos son los menos religiosos de todos los europeos, se toman en serio este mercado, que se celebra en la plaza central de la vieja ciudad barroca. A parte del cristal de Bohemia, uno de los grandes atractivos para los niños es el pequeño zoo en el que pueden acariciar a los animales.

Tallinn


La Raekojaplats de Tallinn, nevada y con su mercado de Navidad (como en la foto de cabecera) es simplemente idílica. Los gorros, sombreros, bufandas y jerséis son el producto de artesanía más popular, lo que no es extraño debido a la temperatura que suele hacer por estas fechas en Estonia. Según la tradición fue precisamente aquí donde se izó el primer árbol de Navidad en 1441.


Debido a la prohibición en los años de ocupación soviética, el mercado sólo se celebra desde 1991. Sin embargo, la festividad de Yule (jõulu en estonio), antecedente pagano de la Navidad, está muy arraigada en todos los países nórdicos.

Berlín


La capital de Alemania también tiene su rincón para las celebraciones navideñas, fundamentalmente en torno a la Kaiser Wilhelm Gedächtniskirche, que permanece sin reconstruir como recuerdo de la II Guerra Mundial. El mercado navideño berlinés tiene un toque más moderno y cosmopolita que los de otras ciudades alemanas, sin embargo, en él no faltan los elementos típicos comunes.



Copenhague


El mercado de Navidad de la capital danesa se celebra en el Tívoli, el parque de atracciones más antiguo de Europa. La ambientación parece sacada de los cuentos de Hans Christian Andersen, el famoso autor danés de literatura infantil. Para redondear su atractivo, el lago central del parque se convierte en estas fechas en una pista de patinaje sobre hielo.


http://www.christmasmarkets.com/

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